Jartúm es historia (una espina menos...)

Siempre hay vías que a lo largo de nuestra vida se te cruzan, espinas que con el paso del tiempo se enquistan y acaban convirtiéndose en tu bestia negra. Jartúm era una de ellas, no tanto por el número de pegues invertidos en ella sino por la curiosa forma que tenía de maltratar mi moral y mi paciencia una y otra vez. Esa frustrante sensación de saber lo que va a pasar, de conocer de antemano el fracaso, te lleva a abandonar toda esperanza.

El proceso torturador quedó claro desde el principio: a un primer pegue esperanzador (incluida la caída 'a vista' el primer día saliendo recto de la quinta chapa habiendo ya superado lo duro) le sucedía un segundo pegue en el que de nuevo caías por poco, a partir de aquí cada pegue iba a peor y las caídas empezaban a producirse en los tramos más fáciles. Errores tontos fruto de los nervios y la ansiedad. Parecía que te ponía el caramelo en la boca para, poco a poco, ir quitándotelo.


Tras maldecirla pasabas a pregonar a los cuatro vientos la escasa calidad de la vía tratando de mantener el honor en lo más alto, en un ejercicio desesperado de autoconsuelo. Pero por dentro la derrota empieza a escocer más y más. No se trata únicamente de encadenar la vía sino sobretodo, de dominar tus miedos y esa mala cabeza que disfruta jugándotela como si quisiera ponértelo más difícil con el único fin de una mayor recompensa.

Ayer por fin me quité la espina, gracias a la paciencia y ánimos de los colegas. Por una vez se dejó vencer. Una menos. Muchas espinas quedan todavía y otras vendrán tras éstas. Sin duda ha merecido la pena.



Posdata 1: gracias Manu por las fotos
Posdata 2: felicidades Juanjo por tus 25 añitos, sigues siendo un chaval socio